viernes, 27 de junio de 2008

Vuelta al Obelisco en Argentina 78




El 26 de junio de 1978 el plantel argentino estaba disfrutando de la fiesta que le prepararon en el Plaza Hotel, de Buenos Aires. Pero César Luis Menotti debía cumplir con algo prometido y contaba: “Cuando pude me fui porque tenía que cumplir una promesa. Para salir sin que me viera la gente, tuve que meterme en un camión de la policía. Un amigo mío, el Negro Nieva, me seguía con mi auto. Hicimos unas 5 o 6 cuadras y me pasé al coche. Como teníamos que hacer un poco de tiempo hasta que se despejara el centro de Buenos Aires, salimos derecho por avenida Libertador. Y en un bar en donde había muy poca gente se juntó todo el cuerpo técnico y unos amigos que llevaban la camioneta tipo Trafic y la ropa preparada”.

Y recuerda: “El Negro Nieva era el planillero, la llenó con los datos de los cuatro que íbamos a dar la vuelta al Obelisco: Saporiti, Poncini, Pizzarotti y yo”.

Nieva también contó que “Saporiti era el DT y planificaba los movimientos. Menotti tenía que correr como un diez atrasado, pero en cualquier momento podía pasar al ataque para agarrar la punta del pelotón”.

Y la historia sigue: “A eso de las 4 y media subimos a la camioneta y mientras íbamos para el centro nos empezamos a cambiar –dice Menotti–. Nos pusimos la camiseta de la Selección, el pantaloncito negro, las medias y zapatillas”.

Nieva estacionó la camioneta y Menotti vio por ventanilla que había como cien personas festejando. Y el DT sigue su relato: “En ese momento me dio una vergüenza bárbara. Poncini se animó y empezó a hacer precalentamiento en la 9 de Julio. Había unas chicas con las camisetas celeste y blanca y se puso a correr con ellas. Después bajaron los otros y me gritaban: ‘Bajá miedoso, no arrugués, cumplí tu promesa’”.

Y Nieva continúa: “Como se estaba demorando los intimé como un árbitro: ‘Bueno los equipos a la cancha’”. Entonces Menotti dice: “Y salté y empecé a correr, enseguida me di cuenta de que nadie me reconocía. Saporiti me gritó: ‘El diez al ataque, ahí me apuré, los pasé a todos y cuando terminé de dar la vuelta al Obelisco viene un tipo de frente y me reconoce ¡Menotti!, gritó”.

“El grito se escuchó y las otras personas se dieron vuelta y se me tiraron encima. Por suerte ya estaba cerca de la camioneta y alcancé a meterme antes de que me alcanzaran. El Negro puso primera y salimos rápido. No sé porque la gente no me había reconocido antes, les resultaría increíble, después nos reíamos mucho y terminanos en un café”. Promesa cumplida.

Imágenes: Cuerpo técnico en el Obelisco. Los técnicos Menotti, Rogelio Poncini, Roberto Saporiti y el profesor Ricardo Pizzarotti ,según ilustró Héctor Martínez.

Vicente Nieva, más conocido como el Negro Nieva, fue DT de Tigre e integró el cuerpo técnico argentino en el Mundial ’78. Es asiduo visitante de nuestra provincia y en charlas de largas sobremesas, siempre recuerda la anécdota del Obelisco.

miércoles, 25 de junio de 2008

Dos mendocinos jugaron el Mundial Italia 1934


Después de 17 días de viaje en el barco “Neptunia” la Selección argentina de fútbol llegaba a Italia para jugar la 2ª edición del Mundial, en 1934.

Y dentro de ese plantel nacional estaban dos jugadores de equipos mendocinos. Roberto Irañeta, de Gimnasia y Esgrima, y Constantino Urbieta Sosa, un paraguayo que nacionalizado argentino que jugaba en Godoy Cruz. Los dos fueron titulares del único partido que disputó el seleccionado en el Mundial de Italia y fue derrota ante Suecia por 3 a 2, el 27 de mayo de 1934.

Ese combinado argentino estuvo integrado por jugadores amateurs y del interior del país. Hasta último momento no se sabía si Argentina asistiría o se plegaría a la negativa de Uruguay (campeón de 1930), ya que Italia había participado del boicot europeo al primer Mundial y los uruguayos de vengaban.

Argentina, que había formado su Liga profesional en1931, adujo también que si mandaba al mejor equipo, los jugadores se perderían casi 3 meses (35 días se tardaba en el viaje en barco ida y vuelta, nada más) y se prefirió darle importancia al torneo local.

También se decía que había un gran enojo con Italia porque se habían ido varias figuras argentinas (de padres italianos) como Raimundo Orsi, Enrique Guaita, Atilio Demaría y Luis Monti, que serían campeones mundiales con los Azurri. La particularidad en el caso de Monti era que había jugado para Argentina en la final de Uruguay, y fue el único futbolista que estuvo en dos finales mundiales jugando para distintas selecciones.

Con todas estas contrariedades para armar el equipo recién el 24 de abril, cinco días antes de la partida, se dio a conocer la lista mundialista.

Estaban Héctor Freschi, de Sarmiento, de Chaco; Pablo Nehin, de Sportivo Desamparados, de San Juan, y otros jugadores de Colón y Unión de Santa Fe, de Defensores de Belgrano, Estudiantil Porteño, Sportivo Alsina, Barracas Central elegidos por el DT Felipe Pascucci.

Antes de viajar se hizo un solo partido amistoso ante Nacional de Rosario, en la cancha de Almagro, ganado por el combinado 4 a 1.

Por primera vez se habían hecho partidos eliminatorios para la clasificación al Mundial (hasta Italia tuvo que jugarlos), pero Argentina llegaba directamente porque Chile no se presentó.

En Italia se jugaron directamente los octavos de finales entre los 16 participantes, en donde Argentina perdió en Bolonia ante Suecia 3 a 2 y debía hacer otra vez la travesía en barco cruzando el océano Atlántico.

Roberto Irañeta y Constantino Urbieta Sosa habían cumplido el sueño de viajar a Europa y jugar un Mundial y se volvían para ponerse otra vez las camisetas del Lobo y del Tomba. Quedaban en la historia de los mundiales y de la Selección argentina.

Así formó la Selección

Héctor Freschi

Juan Padevilla

Ernesto Belis

José Nehín

Federico Wilde

C. Urbieta Sosa

Arcadio López

Alberto Galateo

Francisco Rua

Alfredo De Vicenzi

Roberto Irañeta

dt: Felipe Pascucci


Roberto Irañeta

Había nacido el 21 de marzo de 1915 en Mendoza y tenía 19 años cuando jugó el partido del Mundial ante Suecia. Era un delantero rápido y habilidoso y se movía como wing izquierdo. En Gimnasia y Esgrima fue campeón varias veces en la década del treinta.

Imagen: Arribala selección argentina. Abajo, Roberto Irañeta con la camiseta del Lobo; Urbieta Sosa, de Godoy Cruz; la Copa del Mundo, comparado con la actual; el afiche de Italia 1934, la selección argentina y el campeón del mundo, Italia.

viernes, 20 de junio de 2008

Juega el Bocha Ponce

Ese pibe que se lucía en Godoy Cruz cada vez que tocaba la pelota tenía un destino en el...

Ese pibe que se lucía en Godoy Cruz cada vez que tocaba la pelota tenía un destino en el fútbol profesional. Junto a otros chicos de la clase ’62 (había nacido el 26 de junio de ese año) integraba la octava maravilla, llamada así por los resultados logrados y el fútbol que mostraban esos niños. Por supuesto que el Tomba fue campeón invicto con una gran diferencia entre los goles a favor y en contra.

Además ese mismo equipo fue logrando primeros lugares a medida que los chicos crecían y debían formar, la séptima, la sexta...

Ahí estaba José Daniel Ponce, que fue promovido a la primera división y se afianzó en la Liga Mendocina con 16 años.

Su futuro estaba en la AFA y fue Estudiantes de La Plata el que lo compró con edad de juvenil. Carlos Bilardo fue el que lo hizo debutar y fue campeón del Metropolitano de 1982 y luego Eduardo Manera, lo mantuvo y logró el torneo Nacional del ’83.

Bilardo ganaba prestigio como DT y lo nombraron como remplazante de Menotti al frente de la Selección argentina de fútbol. Empezaba otro ciclo tras 9 años. El Narigón comenzó su ciclo en un amistoso frente a Chile, en Santiago con un 2 a 2, en mayo de 1985. Para la revancha frente a los chilenos en Buenos Aires, en la cancha de Vélez Sarsfield, el DT hizo debutar en la Selección al pibe que había visto crecer en La Plata. Ponce era titular ese 23 de junio de 1985, la lado del Beto Alonso, el Pato Fillol, Ruggeri y otros consagrados.

Eran todos jugadores que estaban en equipos argentinos con una base de hombres de Independiente de Avellaneda como Clausen, Marangoni, Enzo Trossero, Calderón y Morete.
Ese equipo ganó esa noche 1 a 0 con tanto del Puma Morete y esa era la primera

victoria en la era Bilardo que seguiría con el título del Mundial ’86 en México y el subcampeonato en Italia ’90. Por eso esa victoria entra en los recuerdos estadísticos. Y además estuvo integrado por cuatro jugadores que serían campeones mundiales tres años después: Ruggeri, Garré, Clausen y Olarticoechea.

El Bocha Ponce volvería a jugar en julio contra Paraguay y también tuvo su lugar en la Copa América.
Lo distinguía su buena pegada y sus aciertos en los tiros libres y además la precisión en los tiros de esquina. Bilardo lo había tenido horas y horas practicando.

Ponce debutó en el equipo del Narigón pero quedó en el camino y jugó en la Selección hasta el ’85. Al ’86, Bilardo no lo llevó.

miércoles, 18 de junio de 2008

Tragedia en Lima (1964)


La Selección nacional le ganaba a Perú 1 a 0 en el preolímpico jugado en Perú y el partido se suspendió por la invasión de unos aficionados y la exaltación general. Se suscitó uno de los
mayores horrores de la historia del fútbol.

Una de las mayores tragedias en la historia del fútbol mundial tuvo como protagonista a la Selección argentina de fútbol sub 23.

Y es una historia muy pocas veces contada o publicada. Fue terrible lo que pasó esa tarde del 24 de mayo de 1964 en Lima, la capital de Perú.

Porque Argentina le ganó a la selección local 1 a 0 por el torneo preolímpico que clasificaba para Tokio ’64, y el fútbol quedó como un dato estadístico para tener a la muerte como principal protagonista. Porque 340 personas fallecieron en ese partido y quedaron unos 500 heridos.

El torneo, que clasificaría a dos equipos sudamericanos para los Juegos Olímpicos, arrancó para Argentina el 8 de mayo con un triunfo frente a Colombia por 1 a 0 y seguiría con tres victorias más: 1 a 0 a Ecuador, 4 a 0 a Chile y 3 a 1 a Uruguay para llegar a ese partido ante los peruanos en el estadio Nacional de Lima, colmado por 45.000 personas y con mucho público en los alrededores queriendo entrar.

Por eso, los organizadores decidieron cerrar las puertas sin saber las consecuencias que ese hecho iba a acarrear.

Ernesto Duchini, el DT argentino, ese día mandó a la cancha a Cejas; Morales, Bertolotti, Perfumo y Pazos; Malleo, Mori y Cabrera; Domínguez, Manfredi y Ochoa.

Hubo un gol de Manfredi para la Blanquiceleste, a los 15 minutos, y todo siguió con dominio visitante hasta que a los 39’ el peruano Lobatón levantó la pierna frente al argentino Morales con una “plancha”, en la jugada que terminó en gol peruano. El árbitro uruguayo Ángel Eduardo Pazos lo anuló y cobró infracción.

En ese momento ingresó un aficionado, el Negro Bomba, que intentó agredir al juez pero fue detenido antes. Después lo siguió otro hincha, que también fue contenido por la policía, mientras la gente en las tribunas comenzó a protestar e insultar y varios querían invadir la cancha. La policía tiró gases lacrimógenos, lo que generó una estampida en las gradas hacia las puertas de salida… ¡que estaban cerradas!

El caos fue general y los aficionados comenzaron a morir asfixiados o aplastados. Heridos y fallecidos fueron trasladados a la zona de vestuarios, en donde los jugadores argentinos fueron testigos de ese hecho aterrador.

Después la situación de violencia se trasladó a las calles, donde hubo micros y autos incendiados, policías muertos e intercambio de balazos. Lima estaba revolucionada y la cifra de decesos iba creciendo.

El horror se había instalado. Las 340 muertes se originaron a partir de un gol anulado, una invasión, un gas lacrimógeno y las puertas que unos imbéciles decidieron cerrar.



jueves, 12 de junio de 2008

Desastre del ’58


A días de que se cumplan 50 años de la mayor goleada sufrida por la Selección argentina de fútbol, todavía...

A días de que se cumplan 50 años de la mayor goleada sufrida por la Selección argentina de fútbol, todavía cuesta entender lo que ocurrió en el Mundial de Suecia de 1958.

Como lo dijo uno de los protagonistas, el mendocino Francisco Lombardo, “Nos creíamos los mejores del mundo, y no le ganábamos a nadie. ¡Qué papelón! Fue el más grande de mi vida. Un desastre”.

Precisamente, la actuación argentina en ese Mundial fue catalogada como “El desastre de Suecia”.

La derrota con Alemania Occidental en el primer partido, por 3 a 1, alertó, pero luego se suavizó con la victoria frente a Irlanda (3 a 1). La bomba estalló cuando Checoslovaquia (actualmente República Checa y Eslovaquia) goleó a la Selección argentina por 6 a 1 y dejó fuera al equipo dirigido por Guillermo Stábile.

Lo que se presagiaba como el regreso triunfal de “los mejores a un certamen mundial”, terminó como una muestra cabal de la falta de competencia y del roce internacional con equipos europeos.

Es que, por diversos motivos políticos se cometió la equivocación de no participar en los mundiales de Italia ’38, Brasil ’50 y Suiza ’54, y durante esos años la Selección nacional vapuleaba rivales sudamericanos, incluso a Brasil, para ganar varias veces en las competencia al sur del continente.

Entonces, llegó a ese mundial tras ganarle la eliminatoria a Chile y Bolivia. Además, estaba el antecedente fresco del Sudamericano de Lima de 1957, con la gran actuación argentina de Los Carasucias (con Maschio, Angelillo y Sívori), que fueron vendidos a clubes de Italia. Así es que, para el Mundial el DT había pedido a la AFA que no permitiera la venta de los convocados, pero no fue escuchado. Incluso, también fue vendido el arquero Rogelio Domínguez, que triunfó en el Real Madrid.

La carencia de partidos internacionales con seleccionados europeos era evidente, con apenas 11 partidos en el historial desde la creación del fútbol hasta el ’58.

Hubo una concentración de 15 días en Italia jugando contra equipos juveniles; con cambio de hotel porque era muy caro; con una delegación que no llevó cocinero, y varias peleas internas entre Sanfilippo y Carrizo. Hasta hubo multas a Méndez y Roberto Zárate, que se encerraron en la habitación para seguir durmiendo. Y así se podría seguir enumerando situaciones que hoy resultan casi increíbles.
Además, la lesión de Zárate obligó a que sea remplazado por Ángel Labruna (39 años), que frente a Irlanda jugó muy bien pero decepcionó con los checos, un poco excedido de peso.

Antes del inicio del torneo, un directivo fue como “espía” para ver a los checos con los alemanes, y llegó a la concentración diciendo: “Son muy malos. Les ganamos caminando”. Así les fue.

Y las improvisaciones siguieron en el viaje de vuelta, porque no alcanzaba el dinero para los pasajes y Sanfilippo tuvo que prestar 5.500 dólares, que le había dado un amigo para comprar repuestos de relojes. A Amadeo Carrizo se lo acusó de ser uno de los mayores culpables, pero después el arquero tendría revancha y demostraría sus condiciones.

Y la llegada a Ezeiza resultó caótica para el plantel, con 10.000 personas que los esperaban para insultarlos y tirarle monedazos.

Lombardo recordaba que “lo mejor fue cuando cumplí 34, el día que le ganamos a Irlanda. Lo peor fue con los checos y la llegada al aeropuerto. Nos querían matar”.

Imagen: Pancho Lombardo, el mendocino

sábado, 7 de junio de 2008

Andes Talleres 3 Milan 2


Ni Boca ni el Inter ni el Bayern ni el Real Madrid. El que le ganó al Milan una tarde de otoño de 1979 fue Andes Talleres.

El 7 de junio de aquel año jugaba en el Estadio el campeón italiano, que estaba de gira por Sudamérica. Era su último partido y venía del Cuadrangular de los Grandes, con Boca, River y Talleres de Córdoba, que se adjudicó el equipo mesopotámico. También se había presentado en Paraguay y Uruguay, y estaba invicto.

Dos días antes de venir a Mendoza, y mientras el plantel italiano permanecía en Buenos Aires, murió su DT, Alvaro Gasparini, de un paro cardíaco. Por eso se dudó de la realización del partido.

Pero la delegación cumplió con el contrato y viajó, bajo la dirección técnica eventual del Bambino de Oro, como se apodaba a Gianni Rivera, que estaba en su última etapa como jugador. Rivera fue campeón 2 veces con el Milan de la Copa Europea (Champions League), 3 campeonatos de Italia, 4 Copa Italia, 1 intercontinental y 2 Recopa Europa. Con la selección italiana disputó 4 mundiales (del ‘62 al ’74) y fue subcampeón en México ’70. Además, ganó el Balón de Oro al mejor futbolista europeo en 1969.

También vino el arquero Enrico Albertosi, que jugó tres mundiales (’66, ’70 y ’74) con Italia y tenía varios títulos con los milaneses. Otro de los visitantes fue Fabio Capello, que entró en el segundo tiempo, y después como DT fue múltiple campeón con el Milan, el Real, la Juventus y actualmente dirige a la selección de Inglaterra. Y también estaba un juvenil de 19 años llamado Franco Baresi....

Pero al Estadio fueron sólo 6.000 personas. Eran otros tiempos, en los que no se permitían extranjeros en el campeonato italiano y tenía menos repercusión internacional. Además, hay que tener en cuenta que las noticias en los medios de comunicación eran pocas. No había TV por cable, no había canales de deportes, no había diarios deportivos y los medios locales le daban menos espacio al deporte.

Todas estas circunstancias son dignas de investigación y estudio, y por estos días resultaría inaudito que la visita del campeón italiano, aunque fuese un jueves a la tarde de un día laborable, tuviese tan poca concurrencia.

Ese día 7 de junio hubo homenajes a Raimundo Orsi, el ex jugador que vivía en Mendoza, y a Roberto Perfumo, que se había retirado. Precisamente el Mariscal, actual conductor televisivo y columnista decía: “Me gustó mucho Talleres, tiene un gran equipo. Quizás hoy nació un nuevo Talleres, que con el tiempo sea tan famoso como el Talleres de Córdoba”.

Pero en el partido de fútbol se jugó con dureza. El árbitro Aldo Puebla fue muy criticado por el diario Mendoza por su pésimo desempeño, al no sancionar dos claros penales para los visitantes. El equipo local (reforzado por hombres de otros clubes) hizo 7 cambios y varios de esos sustitutos incidieron en el mejor juego del ST. Uno fue Tomás Felipe Carlovich, que jugaba en Maipú, y también entraron Mémoli, Pedernera y Jorge Funes, de los Azules.

Por la envergadura del rival, todavía a los nietos o sobrinos de esos jugadores de Talleresles cuesta creer que una vez le ganaron al Milan.

Así formaron:

Andes talleres

José Morón, Roberto M. Suárez, Miguel A. Mulet, José B. Spitalieri, Ricardo Martín, José B. Báez,
Humb. Magallanes, Raúl Horacio Battú, Carlos Quiroga, Eleodoro Brandán yHermes Turatti

DT: Miguel Converti

Milan

Enrico Albertossi, Giorgio Marini, Simone Boldini, Walter De Vecchi, Aldo Bet, Franco Baresi, Walter Novellino, Alberto Bigón, Roberto Antonelli, Gianni Rivera y Stefano Chiodi

DT: Gianni Rivera

Estadio: Provincial (Malvinas Argentinas).

Árbitro: Aldo Puebla.

Goles: PT 10’ Turatti (AT). ST 2’ De Vecchi (M), 13’ Chiodi (M), de penal; 20’ Turatti (AT) y 36’ Funes (AT).

Cambios: ST Angel Martínez por Morón, Julio Pedernera por Suárez, Hugo Mémoli por Mulet, Oscar Gómez por Martín, Alberto Brito por Báez, Tomás F. Carlovich por Battú, Jorge Funes por Quiroga y Mario Basso por Branán (AT); Alberto Minoia por Morini, Fabio Capello por Novellino y Giovanni Sartori por Chiodi (M)

Público: 6.000 personas.

/ Lucio Ortiz