jueves, 27 de noviembre de 2008

Gutierrez conquisto el titulo en 1988


El equipo que dirigió Carlos Montagnoli logró el único título que tiene en su historia al vencer a Independiente Rivadavia, en la última fecha del hexagonal, con gol de José Guardia.

Ese 27 de noviembre de 1988 quedó grabado en esa calle Maza, en el carril Ozamis, en la Padre Vásquez. Ese domingo de hace exactamente 20 años, la gente del barrio Pouyade, de la calle Boedo, de la esquina de lo Repetto y de tantos lugares clásicos de Gutiérrez, tuvo su día de gloria.

La caravana que salió del estadio Malvinas Argentinas dejó un halo celeste en su paso por la capital y al llegar a Luzuriaga fue recibiendo los afectos de esos hinchas que saludaban, de los que estaban con la ropa de trabajo de la Cristalería dispuestos a tomar su turno. El pueblo celeste de ese distrito maipucino podía festejar por primera vez un título de campeón de la Liga Mendocina de Fútbol.

Había ganado el hexagonal con los seis mejores equipos del año, para reafirmar su dominio en el torneo Clausura. Así fue superando rivales al ritmo que marcaba ese hábil volante Marcelo Herrera, hijo de Mario Carmelo, otro ex jugador celeste, que fue goleador con 12 tantos.

Y también el equipo de Carlos Montagnoli tenía una dupla central que no faltó nunca (sin sanciones y lesiones) integrada por Mario Frassón y Sergio Carrizo.

En el medio el incansable Gustavo Funes gastaba energía y el Loco Ricardo Alonso ponía la 5ª velocidad para marcar diferencias arriba.

En esos días Raúl Pedone, en el diario Hoy –actualmente ocupa uno de los cargos más altos en la redacción de Los Andes– decía: “La victoria sobre Independiente fue el más brillante corolario para el mejor año de Gutiérrez. Sereno, confiado, ordenado desde los volantes hacia atrás, el equipo comenzó a vestirse de campeón a los seis minutos de juego, cuando un derechazo en seco de José Guardia sacudía la popular norte del Mundialista y la red del arco de Garín”.

Y también se preguntaba: “¿Si Gutiérrez es equipo de cancha chica, sobre el césped del Mundialista puede perder el equilibrio?”.

Y se mencionaba que “no vinieron más goles, entonces había que esperar el final de la temporada. Preguntar si Godoy Cruz seguía ganándole a Guaymallén, aguantar el pitazo final sin sobresaltos para Edgardo Flores pues Independiente estaba herido de muerte, sin aliento para más”.

“Ya son las siete y cuarto de la tarde, Gutiérrez, Villalba ha dicho basta y la radio confirma la caída italiana. Salte la fosa, entre a la cancha del Mundialista y dése tremendo gusto de una vuelta olímpica. Por lo menos hoy, Gutiérrez, no se sienta un “chico”, terminaba la nota Raúl.

Y claro que saltaron a la cancha un hermano del Tula Castro (periodista, ex jugador y reconocido hincha de Gutiérrez), y tantos pibes que habían estudiado en la escuela Serú, en la Albino Gutiérrez, jóvenes de la Industrial, obreros de Giol, de la bodega López. Y los gritos que pegaba el Loco Bordín, presidente del club, vecino, intendente, diputado, y los Bermejo (del intendente maipucino en estos días y su familia) retumbaban en el color celeste.

El Gutiérrez que había dejado ir a Minotto (ese día fue rival), al Toni Frassón y Fernando Fredes (el actual presidente a Luján); el que ya no tenía al Botón Rodríguez ni al Guitarrón Herrera había logrado el objetivo que alguna vez quisieron los Morandini (Carlos alcanzó a jugar algunos partidos). Era el campeón de 1988. No pudo San Martín con Maladot, Logiácomo y el Pampero Hugo Coria en un torneo de la Liga que tenía un valor enorme y donde jugaban todos con gran potencial, excepto Maipú, que estaba en el Nacional B. El hexagonal quedó para Gutiérrez, para los Perros, que ahora lo tienen como un seudónimo jocoso y lo aceptan como Perro Dinamita.

Y ahí estaban los Bianchinelli atragantados de euforia, con veinte años menos y eufóricos, que no olvidarán ese 27 de noviembre del ’88. El día gutierrino.

Imágenes

1. Gutiérrez campeón. Mauricio Cuello, Mario Ferreyra, Gustavo Flores, Mario Castro, Sergio Carrizo, Mario Frassón, Edgardo Flores, el dirigente Córdoba, Aldo Prado y el DT Carlos Montagnoli. Abajo están: Walter Gómez, Néstor Oviedo, Gustavo Funes, Ricardo Alonso, José Guardia, Mauricio Lucero y el masajista Cornejo.

2. Su gran año. Marcelo Herrera es llevado por los hinchas celestes.

3. Motorcito. Gustavo Funes

jueves, 20 de noviembre de 2008

Campeones del Mundial de Hockey sobre Patines de 1979


Desde ese 11 de noviembre de 1978 el seleccionado argentino de hockey sobre patines se metió entre los grandes de ese deporte.

Porque fue la noche consagratoria del equipo que armó Santos Álvarez con sanjuaninos, tres mendocinos y un porteño.

Fue en el estadio de Parque de Mayo de San Juan en donde Argentina derrotó a España 3 a 1 en la última fecha con goles de Mario Agüero, Daniel Martinazzo y Carlos Coria.

En el historial de los mundiales el dominio se lo repartían España y Portugal y salvo en los inicios en la década del ’30, cuando lo ganó Inglaterra, o alguna sorpresa de Italia, todo quedaba en la Península Ibérica.

Los argentinos habían tenido su bautismo en torneos mundiales en 1960, en Madrid, y debieron pasar 18 años para que la celeste y blanca tuviera su vuelta olímpica. No había podido ser en 1970 cuando Argentina y la ciudad de San Juan fueron sede por primera vez de un Mundial.

Pero en ese ’78, con los mendocinos Mario Rubio, Ángel Maldonado y el arquero Julio Briones en el plantel, llegó el festejo mayor. Ese equipo se atrevió con las potencias y pudo hacer valer la habilidad con el stick, el patinaje casi acrobático y la fortaleza del jugador argentino. Y todo fue distinto porque se valorizaron los jugadores, emigraron a Europa en gran número, como antes había sucedido sólo en forma aislada.

San Juan fue una fiesta del 1 al 11 de noviembre y conseguir un boleto era toda una proeza.

Según estimaron, en la noche final había 11 mil personas en el Parque de Mayo de San Juan.

Mario Rubio, el jugador de San Martín, fue el que más entró entre los mendocinos, e imponía su capacidad defensiva y su salida rápida. La cuota de gol la tenían Mario Agüero (19) y Coria (16) y el talento pasaba por la presencia de Daniel Martinazzo.

Argentina obtuvo su primer mundial (de los 4 que posee) y esa noche se convirtió en potencia.

Imagen
1.Alegría en San Juan. Mario Agüero, Mario Rubio, Ricardo Trivisonno y Ángel Maldonado en el festejo en el Parque de Mayo.
2.Argentina campeón mundial ’78. Arriba: Maldonado, Trivisonno, Raúl Martinazzo, Agüero y Daniel Martinazzo. Abajo están: Rubio, Briones, Peña, Coria y Andino.
3.La foto de El Gráfico se realizó con los campeones del mundo argentinos del ’78. Martinazzo, Suñé (Boca, en la intercontinental), el boxeador Hugo Corro y Daniel Passarella.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Bruno Rodolfi en la Selección

Con la presencia del mendocino Bruno Rodolfi, surgido de Gimnasia y Esgrima, que jugaba en River Plate, la Selección nacional vencía a los uruguayos por la Copa Lipton. Rodolfo tuvo una gran tarea como centre-half (número 5).

Se había ido de gimansia y Esgrima en 1934 nada menos que a River, en donde brillaban Bernabé Ferreira, Pedernera y tantos otros. Y el mendocino tuvo que pelear el puesto nada menos que con José María Minella -el estadio mundialista marplatense lleva su nombre- el puesto número cinco, denominado centre-half (centrojá) para la época.

Y se dio algo muy curioso porque en esos años en varios partidos uno que era suplente en Ríver era titular en la Selección argentina.

El mendocino fue campeón en River en el 36, 37, 41 y 42, y en su estadía en River se fue gestando La Máquina con la famosa delantera de Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Lousteau, en donde Rodolfi vestía la número 5.

Su debut en la Selección argentina se produjo el 10 de octubre con un triunfo ante Uruguay en el Centenario por 3 a 0. Pero un mes después, el 11 de noviembre de 1937, en el estadio de Independiente de Avellaneda, por la Copa Lipton (se jugó desde 1905 a 1992) Argentina vencía a los uruguayos por 5 a 1.

El diario La Nación decía del mendocino: "Rodolfi jugó acertadamente sin altibajos con un estándar de juego constante, regular, de ininterrumpida eficacia. Posiblemente la clase de juego que desarrolla influye en su contra, para los ojos de la parte del público que gusta de una acción de apariencia más desenvuelta, más elegante, por así decir. Para Rodolfi son preciosísimos que no necesita para lucirse, demostró que el equipo argentino contó con un gran centre-half".

Fue tan eficaz en el juego defensivo, como acertado en el apoyo: de alto, especialmente cuando la pelota era lanzada por los guardavallas parecían buscarlo, tal fue el acierto de su colocación y empeño. Inició las jugadas del 1º y 5º coles.

Ese día estuvo en la cancha con figuras legendarias como Antonio Sastre de los Rojos o Masantonio de Huracán y sus compañeros Peucelle y José Manuel Moreno.

Y Rodolfo salió del Lobo del Parque.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Bodas de oro del Deportivo Maipú


El 2 de noviembre de 1958, los Cruzados lograron su segundo título de la Liga Mendocina de Fútbol. Superaron a Luján Sport Club por 3 a 1. Hubo caravana y festejo en la plaza maipucina.

El gol de Andino para Luján Sport Club paralizó los miles de corazones cruzados que estaban en la cancha del Bajo.

Esa tarde, los Granates, como siempre ocurría en esos tiempos, se habían cambiado las camisetas para utilizar una blanca con la franja al medio, para distinguirse del rojo y blanco del Deportivo Maipú.

Pero los corazones maipucinos volvieron a latir con el empate, a los pocos minutos del primer tiempo.

Y en el desaparecido Diario de Cuyo la crónica decía “Bayerchús puso su extraño apellido en la gloria de un anhelo, a los 11 minutos y luego a los 37. La suerte estaba echada, también el alambrado. La invasión al campeón, los jugadores en andas medio vestidos. Los estandartes poniendo el aire color Maipú”.

Y continuaba “se organiza la caravana de la victoria: preceden las motos y se alternan autos y camiones... llegaron a la plaza 12 de Febrero y estaba lloviendo torrencialmente. El pueblo los estaba esperando, apiñado y compacto... la historia dirá algún día que el campeón nació en la última chance a la vera de un río”.

El Deportivo Maipú de Raimundo Orsi, el Mumo, había logrado su segundo título de la Liga Mendocina de fútbol el 2 de noviembre, venciendo a Luján por 3 a 1 en la última fecha.

El equipo tenía varios foráneos llegados del fútbol profesional como Ángel Guibaudo (iniciado en Racing), Pascual Robito (Banfield), José Calderero (reserva de Boca), Alberto Gorostieta (Independiente de Avellaneda), Luis Aníbal Wilson (iniciado en Gimnasia LP y que venía de Chile), Waldemar Rodolfo Bayerchús (libre), además de los mendocinos Santos Nieto, Raúl Correra, Antonio Spitalieri, Aldo Palazzo, Mario Castro, Oscar García y los más juveniles Aldo Pizzolato y Carlos Tejada.

Orsi había logrado llevar al Deportivo Maipú a lograr dos títulos en seis años. Después pasarían 27 años para que llegara otro festejo. Por eso, lo hecho por el Mumo fue muy meritorio.

El ascenso

El 8 de noviembre de 1933, Deportivo Maipú lograba el título de intermedia y ascendía a la primera de la Liga Mendocina.

El primero

El 8 de noviembre de 1953, los Cruzados lograron el primer título en primera división de la Liga Mendocina y Mumo Orsi era el DT.

Imágenes:

- Deportivo Maipú del ’58. Arriba, el masajista Salas, Antonio Spitalieri, José Calderero, Pascual Robito, Raúl Correa, Ángel Guibaudo, Mario Castro, Raimundo Orsi (DT) y el kinesiólogo Ripamonti. Abajo: Rodolfo Bayerchús, Aldo Palazzo, Luis Wilson, Eugenio Petraglia y Aldo Pizzolato, en una de las formaciones de ese año.

- Entre tres. El Negro Wilson frente a tres jugadores de Luján. El delantero fue fundamental para el título.

- La embolsa. El arquero Guibaudo, de Maipú, en un ataque lujanino.