jueves, 26 de marzo de 2009

Inauguraban el autódromo General San Martín


El 31 de marzo de 1974, con carreras de la F1 y F2 nacional se cortaron las cintas para inaugurar el nuevo autódromo que reemplazaba al ubicado en el Parque. Unas 30 mil personas fueron ese día y el mendocino Emilio Bertolini fue segundo.

El ruido de esos motores era infernal y a la vez melodioso para los fanáticos del automovilismo.

Cada vez que pasaban esos Fórmula 1 argentinos se estremecía el cerro, convertido en tribuna de la recta principal.

Ese domingo 31 de marzo de 1974 se inauguró el autódromo General San Martín en el piedemonte mendocino. El circuito del Parque se lo trasladó más arriba para transformarlo en uno de los mejores autódromos del país.

Ubicado a 1.090 metros sobre el nivel del mar, desde los boxes se observaba el Cerro de La Gloria y más abajo la ciudad de Mendoza (a 750 sobre el nivel del mar).

Eran los años de esplendor para los monopostos de F1 Nacional, con mayoría de autos construidos por Oreste Berta, derivados del Cooper-Tornado.

Berta había importado de Inglaterra , junto con la fábrica IKA, el chasis Cooper de la F1 Internacional y le adaptó un motor Tornado de 4.000cc y 350HP. Los primeros años de esa categoría en nuestro país eran piloteados por Eduardo Copello, quien fue casi imbatible, ya que su auto técnicamente era muy superior a todos.

Los demás debieron esforzarse para construir vehículos parecidos, lo cual fue un hecho positivo para la categoría, ya que, según los especialistas, en esos años se produjo así que una categoría nacional estuviera más cerca de los autos importados.

Berta llegó a construir un modelo con motor Tornado con preparación libre, alimentado a inyección, que erogaba aproximadamente 370HP, con una velocidad final en el veloz óvalo de Rafaela de 375km/h. Nunca en las categorías nacionales hubo un auto de esas características.

Ese auto, al mando de Néstor García Veiga, realizó el récord del óvalo rafaelino. Con el tiempo de vuelta logrado, podría haber estado en el sexto o séptimo lugar en la grilla de partida cuando vinieron los poderosos autos de Indianápolis a correr las 300 Indy en 1971.

Esa vez corrieron en el flamante circuito los mejores pilotos argentinos como Guerra, Monguzzi, Ternengo, Calamante, Sotro, el mendocino Emilio Bertolini, y se destacaron Jorge De Amorrourto en la Fórmula 2, que fue preliminarista, y en la F1 Rubén Luis Di Palma, padre de José Luis, Patricio, Marco y abuelo de Josito, quienes corren actualmente.

En ese autódromo corrieron por 23 años todas las categorías del automovilistmo nacional, y además hubo F2 Internacional y varias veces ciclismo. Esas carreras de la inauguración, presenciadas por unas 30 mil personas, se vieron demoradas por invasiones del público al circuito, porque se acercaban demasiado al asfalto.

Hasta noviembre del ’97 el circuito fue utilizado, después las autoridades lo dejaron abandonado.

jueves, 19 de marzo de 2009

Juegos peronistas


El 9 de marzo de 1951, Argentina organizó y ganó esa primera edición de los Juegos Panamericanos en Buenos Aires. Era el apogeo del peronismo con Juan Domingo y Evita. El deporte era un estandarte. El mendocino Giarrizo fue oro en fútbol.

E se 9 de marzo de 1951 el estadio de River Plate lucía espléndido (aunque todavía no tenía las tribunas que dan al Río de la Plata). Era una herradura Monumental donde clausuraban los Primeros Juegos Panamericanos.

La competición se inauguró el 25 de febrero y reunió a 2.513 atletas de 21 países, que disputaron las pruebas y los partidos en 18 deportes diferentes.

En pleno apogeo del peronismo las figuras del Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, y de su esposa, Eva Duarte, tomaron más altura internacional debido a la organización de esa primera edición de los Juegos.

La presencia de campeones mundiales y olímpicos de distintos países realzó el deporte argentino que ganó ampliamente el medallero con 150 preseas. Como el estadounidense Malvin Whitfield, que había sido oro en los 800 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 1948, en Buenos Aires se quedó con 3 oros. El brasileño Adhemar Ferreira da Silva, récord mundial de salto triple con 16,01 metros, logró 3 oros y fue uno de los mejores atletas de la historia de Brasil y también el estadounidense Bob Richard, bronce en salto con garrocha en Londres’48, al año siguiente, en Helsinki ’52, lograría batir el récord mundial.

De los atletas argentinos, Delfo Cabrera era figura mundial luego de ganar en los Juegos Olímpicos de Londres en la maratón y volvió a repetir en esos Panamericanos. Segundo fue otro argentino, Reiynaldo Gorno, que sería medalla de plata en la maratón de los Juegos Olímpicos del ’52. ¡Que lujo!

En el fútbol ganó el seleccionado nacional venciendo en sus 4 partidos a Chile, Paraguay, Costa Rica y Venezuela. En el plantel estuvo el mendocino José Giarrizo (tenía 18 años y en esos días había pasado de Andes Talleres a San Lorenzo) y también estuvo Osvaldo Vallone (Racing Club), que en el ’53 fue campeón de la Liga Mendocina con el Deportivo Maipú. Además Antonio Lucero (Kid Cachetada), fue uno de los entrenadores del equipo de box, oro en las 8 categorías disputadas.

Imágenes
Arriba. Delfo Cabrera, que había ganado la maratón olímpica, fue primero; segundo llegó Gorno (a la izquierda). A Cabrera lo ascendieron de cabo a cabo primero en la Policía Federal, por pedido de Evita.

Medio. José Giarrizo integró la selección argentina. Ese año debutó en San Lorenzo. Después jugó en Italia.

Abajo. El Monumental, con los obstáculos de hipismo antes de la ceremonia de cierre, tuvo brillo y espectacularidad.

jueves, 12 de marzo de 2009

Nicolino volvió sin corona


El 10 de marzo de 1972, Locche caía en Panamá en su sexta defensa del título mundial de los welters juniors frente al boxeador local Alfonso Frazer. Perdió por puntos en 15 rounds y nunca más pudo recuperar el cetro del mejor del mundo.

Había terminado la pelea ese viernes 10 de marzo de 1972 bajo el sofocante calor de Panamá y el hombre estaba resignado. Su gesto era preocupante pero no estaba angustiado. Tenía ganas de hablar, de cenar y ya se había producido el encuentro con su esposa y su hijita Nancy. No estaba solo.

Hablaba de su ahogo: “Estoy acostumbrado a mantenerme dos kilos arriba de la categoría y bajarlos en los últimos dos días antes de la pelea. En Buenos Aires, no me afecta, pero aquí me mató”, decía el boxeador ídolo de los argentinos.

También contó:“Salí con todo y después me ahogué. Pensé que estaba cambiando el aire y me quedé tranquilo. Pero pasaban los rounds y cada vez andaba peor”.

Lo cierto es que las 15.000 personas que colmaron el Nuevo Gimnasio Panamá salieron gozosos por haber visto la coronación de un nuevo campeón de los welter juniors (súper ligero). El crédito local, Alfonso Peppermint Frazer, acababa de destronar a uno de los campeones que más deslumbraron en el boxeo mundial. Por eso su nombre está en el Salón Internacional de la Fama, junto a notables boxeadores.

Esa noche fue una de las más penosas presentaciones del hombre al que alguna vez lo produjeron como Chaplín para una cesión fotográfica, a ese hombre de 32 años al que lo llamaron mago, intocable, maestro y tantos otros calificativos por su boxeo de defensa magistral y de sus piñas, que parecían toques suaves y lastimaban.

Antes de viajar al corazón de Centroamérica el hombre había realizado cinco defensas (todas en el Luna Park de Buenos Aires) del título mundial ganado en Japón en 1968. 
Era Nicolino Locche, el boxeador de los gestos al ring side, el de los esquives, de los amagues y de tantos recursos, que ningún otro boxeador pudo aplicar con la misma astucia y calidad. Ese hombre perdió el título la única vez que salió de Argentina a defenderlo. Fue a Panamá en donde le pagaron 80 mil dólares (80 millones argentinos de esa época)ñ
Y perdió por puntos. Las tres tarjetas 149 a 146, 148 a 141 y 147 a 143 favorecieron al local, incluso la del juez argentino Luis Allende.

Robinson, como firmaba con seudónimo Ernesto Cherquis Bialo, en El Gráfico, reconoció que el fallo fue justo y que después del 7º round la pelea “fue un suplicio para Locche. Permaneció en el ring por vergüenza”.

En el tercer round se produjo los mejor de Nicolino cuando atacó y desbordó al rival y Frazer recibió todo lo que le tiraba el argentino. Pero ese trabajo no tuvo continuidad porque a Locche le faltó aire y además porque Frazer realizó una pelea muy estudiada por su técnico estadounidense Ray Arciel. Y le salió bien.

Ese periodista ya lo había advertido, semanas antes, que si Locche no tenía el estado físico adecuado perdería el título mundial.

Nicolino no pudo recuperar el título. Esa noche de Panamá fue la más dura.

Es historia

80 mil dólares

Una buena bolsa 
Esa cantidad de dólares representó la más suculenta que recibió Locche y para ganar esa cifra en nuestro país, debía realizar “dos defensas y media”, dijo el promotor Tito Lectoure. Además le pagaron los pasajes, alojamiento y todos los gastos.


Peppermint

Frazer, un corto reinado
El panameño, tras conseguir el título mundial ante Locche, el 10 de marzo de 1972, no lo pudo mantener porque en la primera defensa, perdió ante el colombiano Antonio Cervantes el 28/10/72 por nocaut

La revancha

No pudo ser ante Frazer
Como el panameño perdió el título, a Nicolino le dieron otra oportunidad para recuperarlo ante Antonio Cervantes (le había ganado en el Luna Park en el ’71), pero el colombiano lo venció por nocaut técnico el 17/3/73 en Maracay, Venezuela.


A lo Nicolino

Sus frases antes de pelear
“A esta altura de mi carrera necesito demostrarme que puedo ser campeón en mi país y en cualquier lado”, ”Estoy bien preparado y sin problemas físicos”, “No le tengo miedo a Panamá, su clima, su gente y su fallos. Van a aplaudirme”

Con la familia

Nicolino estuvo con su esposa
Ana María, la primera mujer de Nicolino (después se casó con María Rosa), estuvo en Panamá con su hija Nancy (el otro hijo es Nicolino Felipe) y fue agasajada por Miss Panamá, que le entregó un ramo de flores. 

66 años tenía Nicolino Locche cuando murió en Mendoza, el 7 de setiembre de 2005. Había nacido en Tunuyán, el 2 de setiembre de 1939.

jueves, 5 de marzo de 2009

Pelé en Chacras de Coria


Una noche de asado. A la casa del presidente de Godoy Cruz, Angel Rodríguez, fueron invitados varios jugadores del Santos, y Pelé compartió la carne, la parrillada y el chivo con la familia del dirigente y otros invitados. Para el álbum.

A Pelé en la cancha de Godoy Cruz lo vieron miles de mendocinos aquel 1964. Pero tener el gusto de comer un asado con el mejor jugador del mundo de esos tiempos, fue un placer de pocos paladares.

Al otro día del partido en donde el Santos venció a Godoy Cruz 3 a 2, el presidente del Tomba, Ángel RodríAPelé en la cancha de Godoy Cruz lo vieron miles de mendocinos aquel 1964. Pero tener el gusto de comer un asado con el mejor jugador del mundo de esos tiempos, fue un placer de pocos paladares.

Al otro día del partido en donde el Santos venció a Godoy Cruz 3 a 2, el presidente del Tomba, Ángel Rodríguez, invitó a parte del plantel a cenar.

Ese lunes 2 de marzo el dirigente llevó a Pelé, Gilmar, Pepe, Mauro y el DT Luis Alonso Pérez conocido como Lula a su casa de Chacras de Coria.

El chalet está en la calle Darragueira, entre Piedras y Malvinas, y después lo compraría don Emilio Benturino.

Estaban la dueña de casa y esposa de Ángel, Irma Mori de Rodríguez, y su cuñada María del Carmen Rodríguez, quienes se encargaron de las ensaladas.

Cuando llegó el moreno brasilero de 23 años se puso a dialogar con Iris Noemí (Niní), Nélida (Luli) y Dorita, las hijas del anfitrión y la amiga de ellas Irene Varela, que tenían gran curiosidad por saber más del bicampeón mundial con Brasil en Suecia ’58 y Chile ’62.

También Pelé y sus compañeros del Santos venían de ser bicampeones de la Libertadores y la Intercontinental.

El rey Pelé, como se lo llamaba por entonces, compartió la parrillada, el chivo y también probó los vinos Tomba que pusieron los Rodríguez sobre la mesa.

Otro de los invitados fue Raimundo Mumo Orsi, que era el DT de Independiente Rivadavia. Fueron presentados a los brasileños que escucharon atentamente las anécdotas de Orsi cuando fue campeón Mundial con Italia en 1934, bajo el régimen de Mussolini. El Mumo había sido medalla de plata con Argentina en los Juegos Olímpicos de 1928.

Don Ángel Rodríguez era un empresario de la venta de automotores importados y de lujo. Su sobrino (hijo de una hermana) Julio Vega llegaría a la presidencia de Godoy Cruz en la década del ’80.

Para algunos don Ángel fue un revolucionario del fútbol local al traer a los equipos grandes a jugar con Godoy Cruz en varias ocasiones. Sus contactos le permitieron hacer esos negocios y también colocar jugadores de su club en el fútbol profesional. Fue un visionario.

Esa noche quedó para el recuerdo de la familia Rodríguez y hoy a los nietos les cuesta creer que esa historia con Pelé fue verdad.

El Santos ganó sobre la hora

El 1 de marzo de 1964 fue un domingo soleado especial para ver en acción a esos astros que traía el Santos de Brasil.

La cancha de Godoy Cruz tenía en esos momentos las tribunas actuales del sur y del oeste, donde se ubicaban los vestuarios antiguos. Pero sobre el este todavía no estaba la tribuna grande de la actualidad, y se improvisaron tribunas tubulares con tablones.

Sobre el lado norte tenía la platea en el medio, y todavía no estaba construida su costado oeste y el codo de ese sector. Sí existía la parte de abajo de la platea a todo el largo de la cancha.

Los refuerzos para ese día fueron: Filizzola, Torres, Aliendro, Jofré y Cortez de Independiente Rivadavia; Legrotaglie de Gimnasia, Curi de Huracán Las Heras y Lisboa (libre que venía del Elche de España y ya había jugado en Godoy Cruz).

Godoy Cruz formó con: Juan Filizzola; Juan Carlos Díaz, Rubén Torres, Atilio Marchiori y Hugo Sitta; Víctor Legrotaglie, Jorge Entrerríos y Osvaldo Aliendro; Patricio Jofré, Olegario Lisboa (después entró Hardan Curi), y Juan Fernández (Roberto Reggio). Los suplentes fueron: Pieruz, Cortez y Santilli. Fue DT: Vianna Da Silva.

El Santos formó con: Gilmar, Ismael, Geraldinho, Mengalvio (Lima), Haroldo, Joel, Peixinho, Rossi, Toninho (Aldir), Pelé y Pepe (Dorval). DT: Lula. Los suplentes eran: Learcio, Juan Carlos, Dalmo y Zito.

Los goles fueron marcados por Toninho a los 29’ del primer tiempo para el Santos. En el segundo tiempo empató a los 4’ Hardan Curi (GC), después aumentó Peixinho (S) a los 14’ y volvió a igualar Marchiori (GC) de penal a los 24’, pero a los 44’ marcó otra vez Peixinho (S).

Fue la única vez que Pelé pisó una cancha mendocina como jugador de fútbol. 


Imagen
Arriba: De sobremesa. Pepe, Pelé, Ángel Rodríguez, el arquero Gilmar, el representante Varela y el dirigente Testaseca.

Abajo: Campeones. Pelé, con Brasil, y Orsi, con Italia, juntos en Chacras de Coria.