jueves, 25 de junio de 2009

Cómo es el mundo de Wimbledon


Las vivencias de un día en el torneo más prestigioso del mundo son hechos irrepetibles para cualquier amante del deporte. Desde adentro, el Grand Slam adquiere un colorido especial. Cómo lo viví. Vale contarlo.

Todo tiene una mirada distinta, desde los alrededores, el modo de llegar, las veredas, los vendedores de diarios, las playas de estacionamiento, el control previo, las colas para sacar las entradas. Todo es al estilo Wimbledon.

Y ahí, dispuesta a albergar a miles y miles de personas, está la imponente sede del All England Lawn Tennis and Croquet Club.

Había que estar con los ojos bien abiertos y con mucha atención para ir captando toda la previa. Porque los diarios londinenses de ese sábado 25 de junio del 2005 ofrecían enormes ediciones (el sábado es más importante que el domingo) y uno venía con una radio en forma de pelota de tenis.

Mientras uno va llegando a la cola para entrar, a 500 metros de la puerta entregan una tarjeta con un número. Eso es respetado y nadie intenta meterse en un lugar más adelante, porque lo delatará la tarjeta. Y porque no hay viveza criolla.

Después de 3 horas se logra ingresar pero lamentablemente las “radio pelotas” quedan amontonadas en una basurero; ni los ruegos de argentinos que querían llevar el souvenir hicieron cambiar la fría personalidad de los controles.

Ese torneo, que se juega desde 1877, es el más antiguo de todos y el de mayor prestigio del tenis mundial.

Se puede comprobar el peso de esa rica historia cuando se recorre un gran salón en donde el museo muestra la imagen de cada campeón desde el inglés Spencer Gore, que fue el primero.

Era la sexta jornada y ya eran momentos de octavos de final en el verde césped londinense.

Las 31 canchas estaban a pleno y con una entrada de 16 libras esterlinas (unos 100 pesos nuestros) uno podía acceder a cualquiera de las canchas exceptuando el court central (48 libras, unos $300), la cancha número 1 ($275) y la número 2 ($200).

El orgullo de tener a dos argentinos en esos días del 2005 compitiendo era inigualable. Porque eran los días del Mago Guillermo Coria cuando se codeaba con los top ten. Esa vez en la cancha 18 y a la hora que indicaba el tablero de la programación se inició el match por los octavos ante el austríaco Jurgen Melzer.

A esa cancha se podía entrar por orden de llegada y sin reserva, y además uno se puede cambiar de lugar si hay disponibilidad.

Después de perder los dos primeros set, Coria ganó los tres restantes con una capacidad anímica que después perdió, y entró a los cuartos de final.

Y el cordobés David Nalbandian jugó en el court central frente al escocés Andy Murray (en ese momento tenía 18 años) con todo el público en contra. También remontó un 2 a 0 para entrar a la etapa siguiente.

El programa oficial se vendía a 6,50 libras ($40) y un vaso de cerveza se podía tomar por $18. También el público tomaba vino y champán y comía desde hamburguesas hasta todo tipo de comidas dulces y saladas.
No había borrachos, ni colados, ni gente pasando por encima de las plantas o los cercos. Podías ver a varias de las rusas o croatas que están en los primeros lugares actuales a metros de distancia.

Wimbledon es único. Fue un lujo estar ahí.

Hasta lo bombardearon

En 1940 cinco bombas lanzadas por los alemanes impactaron en las instalaciones de Wimbledon. Una afectó el court central y otra una sala de equipamiento. Era la Segunda Guerra Mundial y como no se disputó desde ese año hasta el ’45 hubo tiempo para arreglarlo.

En la Primera Guerra Mundial tampoco se jugó, de 1915 al 1918.

Fred Perry fue el último inglés en ganar el torneo en 1936 y entre las mujeres está Virginia Wade, quien se impuso en 1977.
Más ganadores

7 títulos obtuvo el inglés William Willy Charles Renshaw entre 1881 y 1886 y luego en el ’89 ganó el séptimo. Pete Sampras (EE.UU.) se impuso entre 1994 y 2000, sólo interrumpido en el ’96. Entre las mujeres la más ganadora es Martina Navratilova, quien por primera vez lo ganó en el ’78 y por última en el 1990.

jueves, 18 de junio de 2009

Brasil se guardó la Copa


El 21 de junio de 1970, el seleccionado de Brasil venció a Italia, en la final del Campeonato Mundial de México, en la novena edición, por 4 a 1. Ese equipo con Pelé a la cabeza fue uno de los mejores de todas las épocas.

Para muchos ese 21 de junio de 1970 se produjo la mejor exhibición futbolística en una final mundialista.

Porque Brasil superó con una goleada espectacular de 2 a 1 a Italia con fundamentos, estrategia ofensiva, talento y una eficacia que le valió el “fútbol total”. Invencible y poderoso. Ganó por tercera vez la Copa Jules Rimet, y se la quedó para siempre.

Además tenía a Pelé con todo lo que representaba el mejor jugador de la historia de su país que se colgaría su tercera medalla de oro en la máxima competencia del fútbol.

El partido final en el estadio Azteca en México, fue visto por unas 110 personas. Fue el último mundial en donde no intervino la Selección Argentina, que había quedado afuera en las eliminatorias en la misma zona con Bolivia y Perú, que se clasificó. En esos momentos la zona Sudamericana se disputó en tres grupos y no en uno solo, como en la actualidad, y los otros clasificados fueron Brasil y Uruguay.

En México en el Grupo 1 jugaron Bélgica, El Salvador, México y Unión Soviética , que entró junto a los locales. En el 2 intervinieron Israel, Italia, Suecia y Uruguay y pasaron los italianos y los uruguayos; en el Grupo 3 jugó Brasil y el 3/6/70, en Guadalajara, venció 4 a 1 a Checoslovaquia con goles de Rivelino, Pelé y dos de Jairzinho- 2).

El día 7, con tanto de Jairzinho Brasil venció a los ingleses y el 10 fue Brasil 3 (Pelé -2- y Jairzinho)-Rumania 2. Los clasificados fueron los sudamericanos e Inglaterra.
Por el Grupo 4 jugaron Bulgaria, Marruecos, Alemania Federal y Perú, clasificándose estos dos últimos.

En los cuartos de final, el 14 de junio Uruguay despidió a los soviéticos por 1 a 0, Italia goleó 4 a 1 y dejó a fuera a los mexicanos. En choque de sudamericanos los brasileños superaron 4 a 2 a Perú con tantos de Rivelinho, Tostao-2- y Jairzinho. Y Alemania Federal se vengaba de la final del mundial anterior y eliminaba a los ingleses por 3 a 2, con tantos de Franz Beckenbauer, Uwe Seeler y Gerd Müller.

En las semifinales el 17, Italia 4-Alemania Federal 3 jugaban un partidazo definido en suplementario; mientras que en Guadalajara: Brasil superaba 3 a 1 a Uruguay con goles de Clodoaldo, Jairzinho y Rivelino.

En la final el 21, los brasileños iban a empezar ganando con un cabezazo de Pelé pero llegaría el empate de Boninsegna.

Pero en el segundo tiempo se produjo una magnífica demostración y Brasil barró a los italianos con el bombazo de Gerson de afuera del área, luego con el tanto de Jairzinho (tras la pelota que le bajó de cabeza Pelé) y cerró con un pase del 10 para el remate cruzado de Carlos Alberto.

Acá nadie lo vio, porque no lo pasaron por TV en directo, y ese día las canchas en la Liga Mendocina estuvieron llenas. Como si nada se jugara en México.

La copa Jules Rimet

El trofeo llamado así en honor al presidente de la FIFA, que bregó para que comenzaran a jugarse los Mundiales de fútbol. El trofeo de oro y piedras preciosas fue ganado por Brasil, al triunfar en 3 mundiales, pero en 1983 fue robado y nunca se recuperó. En Brasil exhiben una réplica

jueves, 11 de junio de 2009

Cuando El Gráfico cumplió los 90


El 19 de junio de 1920, El Gráfico fue tapa con el boxeo. La revista deportiva acababa de cumplir 9 décadas de vida y como homenaje a esa eterna publicación argentina este recuerdo de Ángel Firpo, sin guantes y con la pose de boxeador.

Son 90 años que reflejan el siglo pasado y la primera década del siglo XXI. Y no es poco haber registrado como medio escrito 80 años de ese siglo veinte “cambalache, problemático y febril”.

Ese de revoluciones industriales, inmigrantes, inventos y más inventos que llevaron al hombre a escuchar la radio, ver cine y televisión. Hasta continuar con esos hechos imposibles de ver todo en directo y de comunicarse por medio de computadoras y de teléfonos portátiles que hacen de todo.

Así, con hechos beneficiosos fue creciendo El Gráfico, que tuvo su primer número allá por el 30 de mayo de 1919, y a través de la historia los hitos fueron marcando a la revista. Elemento esencial para los hogares, los cafés, los talleres mecánicos, las oficinas por muchas décadas, fue cayendo en ventas precisamente por los cambios en la comunicación mundial, en donde “todo se sabe al instante”.

Constancio C. Vigil creó la publicación y su hijo Aníbal la transformó en una revista deportiva 5 años después, en 1924.

Por años fue figura indispensable para el amante del deporte en Argentina y también llegó a ser un elemento útil de escritura en varios países latinoamericanos que consumían El Gráfico.

Esa primera tapa del ’19 con un desfile escolar frente a la Casa Rosada fue variando hasta contener el 26 de julio de ese año la primera tapa deportiva con un partido entre las selecciones argentinas y uruguayas.

Y fueron pasando momentos como ese primer gol de Huracán a Porteño el 9 de agosto o la primera tapa dedicada al boxeo, el 19 de junio de 1920, con Luis Ángel Firpo, el Toro de las Pampas. El deporte aumentaba como elemento de ocio para la sociedad y a su vez se profesionalizaba y se intensificaba la práctica. Crecía el deporte y mejoraba la revista.

Borocotó, Frascara, Dante Panzeri, Osvaldo Ardizzone y tantos otros periodistas notables pasaron por la redacción. Pero también durante los años de la dictadura militar desde sus páginas se exaltó a genocidas como Jorge Rafael Videla y también se prohibió que escribieran algunos periodistas.

Salir en la tapa de El Gráfico era como llegar a la cúspide. Dentro de esos elegidos figuran muchos mendocinos como Pascual Pérez, Lombardo, Locche, Manfredini, Artime, Rogel, Avallay, Legrotaglie, Felman, José Daniel Ponce y tantos otros que lograron el reconocimiento en distintas épocas. Ese hábito semanal se terminó el 13 de marzo del 2002, con Esteban Cambiasso en la tapa. Eran los tiempos difíciles y en abril no apareció, y en mayo comenzó a salir mensualmente con el formato actual.

El Gráfico llegó a los 90 y éste es un simple homenaje.

4.387 ediciones

Desde 1919 hasta la actual de junio de 2009 han pasado 90 años y 4.387 números de El Gráfico. Una “constancia” que anhelaba don Constancio C. Vigil. Y se ha cumplido.

jueves, 4 de junio de 2009

El 1º de Maradona


El 2 de junio de 1979, Diego marcó ante Escocia. A los 18 el astro de Argentinos Juniors anotó su primer gol en la Selección argentina. Fue en una gira europea ante Escocia en Glasgow. Lo llamaron el Niño Maravilla, comparándolo con Pelé.

Para ese pibe de 18 años, que ya había sido sorteado en la colimba (servicio militar obligatorio, en esos años) era una especie de revancha.

Porque le quería demostrar al mundo que un año antes había sido una injusticia que lo dejaran fuera de la lista de 22. El 19 de mayo de 1978 el muchacho escuchó cuando César Menotti leía los nombres de los que jugarían el Mundial ’78, y no estaba. Y se le escaparon las lágrimas cuando el suyo formaba parte del trío que quedaba afuera. Así Diego Maradona, Víctor Botaniz y Humberto Bravo vivieron el peor momento.

Y el actual DT de la Selección argentina siempre recuerda con amargura ese suceso. Por eso un año después, cuando el equipo campeón mundial realizaba una gira por Europa y Estados Unidos, el diez de Argentinos Juniors tenía necesidad de demostrar todo su talento.

El 2 de junio de 1979, Maradona convirtió el primer gol con el seleccionado argentino mayor. Y así comenzó la historia que engrosaría los 34 goles, contando los partidos oficiales y amistosos internacionales.

Pero ese fue distinto. Lo marcó en el estadio Hampden Park en Glasgow, Escocia. Y la gran tarea del equipo argentino hizo parar a los escoceses de los asientos y terminaron cantando “Argentina”.

Fue 3 a 1 para Argentina en un estadio colmado que aplaudió los dos goles de Luque, uno tras una gran jugada de Diego. Y ovacionó al Niño Maravilla, como se lo llamó en esa gira europea, cuando recibió la pelota por la izquierda enfrentó al arquero y enganchó para el medio, amagó que iba a hacer un pase y se la tocó al primer palo.

En esa gira Menotti, más de una vez, se debe haber reprochado por qué no puso al pibe en el Mundial.

Pero ese juvenil que terminaría su campaña en la selección en 1994 tuvo su tiempo y jugó 4 mundiales.

Unos meses después, en ese ’79, desparramó alegría y goles en las canchas de Japón en el Mundial juvenil. Esta vez Menotti lo tuvo de figura principal.

El Pibe 10, el de la lengua afuera, se sorprendía con esas giras por Europa y terminaría jugando en EE. UU. ante el Cosmos.

Maradona jugaba como un grande y en Escocia comenzó la cuenta de goles desparramando su talento argentino.

Imagen: Arriba, Diego durante el encuentro contra Escocia. Abajo. Diego Maradona ya estaba de novio con Claudia Villafañe, con la que compartiría la mayor parte de su vida. En la gira “batió récords” de llamadas telefónicas a su casa y a su novia.