jueves, 12 de junio de 2008

Desastre del ’58


A días de que se cumplan 50 años de la mayor goleada sufrida por la Selección argentina de fútbol, todavía...

A días de que se cumplan 50 años de la mayor goleada sufrida por la Selección argentina de fútbol, todavía cuesta entender lo que ocurrió en el Mundial de Suecia de 1958.

Como lo dijo uno de los protagonistas, el mendocino Francisco Lombardo, “Nos creíamos los mejores del mundo, y no le ganábamos a nadie. ¡Qué papelón! Fue el más grande de mi vida. Un desastre”.

Precisamente, la actuación argentina en ese Mundial fue catalogada como “El desastre de Suecia”.

La derrota con Alemania Occidental en el primer partido, por 3 a 1, alertó, pero luego se suavizó con la victoria frente a Irlanda (3 a 1). La bomba estalló cuando Checoslovaquia (actualmente República Checa y Eslovaquia) goleó a la Selección argentina por 6 a 1 y dejó fuera al equipo dirigido por Guillermo Stábile.

Lo que se presagiaba como el regreso triunfal de “los mejores a un certamen mundial”, terminó como una muestra cabal de la falta de competencia y del roce internacional con equipos europeos.

Es que, por diversos motivos políticos se cometió la equivocación de no participar en los mundiales de Italia ’38, Brasil ’50 y Suiza ’54, y durante esos años la Selección nacional vapuleaba rivales sudamericanos, incluso a Brasil, para ganar varias veces en las competencia al sur del continente.

Entonces, llegó a ese mundial tras ganarle la eliminatoria a Chile y Bolivia. Además, estaba el antecedente fresco del Sudamericano de Lima de 1957, con la gran actuación argentina de Los Carasucias (con Maschio, Angelillo y Sívori), que fueron vendidos a clubes de Italia. Así es que, para el Mundial el DT había pedido a la AFA que no permitiera la venta de los convocados, pero no fue escuchado. Incluso, también fue vendido el arquero Rogelio Domínguez, que triunfó en el Real Madrid.

La carencia de partidos internacionales con seleccionados europeos era evidente, con apenas 11 partidos en el historial desde la creación del fútbol hasta el ’58.

Hubo una concentración de 15 días en Italia jugando contra equipos juveniles; con cambio de hotel porque era muy caro; con una delegación que no llevó cocinero, y varias peleas internas entre Sanfilippo y Carrizo. Hasta hubo multas a Méndez y Roberto Zárate, que se encerraron en la habitación para seguir durmiendo. Y así se podría seguir enumerando situaciones que hoy resultan casi increíbles.
Además, la lesión de Zárate obligó a que sea remplazado por Ángel Labruna (39 años), que frente a Irlanda jugó muy bien pero decepcionó con los checos, un poco excedido de peso.

Antes del inicio del torneo, un directivo fue como “espía” para ver a los checos con los alemanes, y llegó a la concentración diciendo: “Son muy malos. Les ganamos caminando”. Así les fue.

Y las improvisaciones siguieron en el viaje de vuelta, porque no alcanzaba el dinero para los pasajes y Sanfilippo tuvo que prestar 5.500 dólares, que le había dado un amigo para comprar repuestos de relojes. A Amadeo Carrizo se lo acusó de ser uno de los mayores culpables, pero después el arquero tendría revancha y demostraría sus condiciones.

Y la llegada a Ezeiza resultó caótica para el plantel, con 10.000 personas que los esperaban para insultarlos y tirarle monedazos.

Lombardo recordaba que “lo mejor fue cuando cumplí 34, el día que le ganamos a Irlanda. Lo peor fue con los checos y la llegada al aeropuerto. Nos querían matar”.

Imagen: Pancho Lombardo, el mendocino

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