jueves, 16 de abril de 2009

El bi con Avallay


Los Rojos, bicampeones. El 15 de abril de 1965 Independiente de Avellaneda defendió con éxito el título del año anterior y le ganó el tercer partido final a Peñarol en Chile 4 a 1. El mendocino Roque Avallay, de 19 años, logró uno de los goles.

El Rojo de Avellaneda comenzaba a tener la mejor de las afinidades con la Copa Libertadores de América.

Porque en 1964 le ganó la serie final a Nacional de Uruguay pero le tocaba defender el título.

En esos años el campeón entraba directamente a semifinales, con toda la ventaja que eso significaba. En cambio el campeón actual debe jugar la clasificación desde el inicio del torneo.

Entonces a Independiente le tocó eliminarse con Boca Juniors, que venía de ganar la zona 1. Los Xeneizes se habían impuesto a Deportivo Quito de Ecuador y a The Strongest de La Paz, Bolivia; en esos años ’60 esas ciudades estaban a la misma altura que en el 2009. Pero los argentinos iban y ganaban.

Un muchacho morocho de cara angulosa y rasgos aindiados con apenas 19 años (nació el 14 de diciembre de 1945) llegaba a los Rojos con su carnet de goleador del Deportivo Maipú en 1964 y como integrante y artillero de la selección mendocina.

Era Roque Avallay, un delantero rápido que se hizo más conocido por un episodio en la cancha de Independiente de Avellaneda.

Porque jugaron las semifinales los Rojos con Boca y en el primero de esos partidos en Avellaneda Roque corrió tan rápido para tomar un centro y bajarle la pelota de gol a Rodríguez que pasó la línea y al querer saltar un alambrado bajo se enredó y fue a parar al foso con agua. “Quedé metido con el agua hasta la cintura”, decía el mendocino.

En esos tiempos varias canchas de nuestro país las construían con esos fosos para dificultar la invasión del público de las populares al campo de juego. Pero el partido lo ganó el Rojo 2 a 0. Luego en la revancha se impuso Boca 1 a 0 en la Bombonera y debieron ir a un tercer partido en cancha neutral. Jugaron en el Monumental de River 90 minutos, más 30 de alargue y terminaron 0 a 0. Se clasificaron los Rojos por mejor diferencia de gol.

Peñarol había eliminado nada menos que al Santos de Pelé en la otra serie de semifinales.

En el primer partido, jugado el 9 de abril de 1965, en la Doble Visera, triunfó el Rojo 1 a 0 con gol de Bernao. Vendría la revancha en Montevideo con derrota 3 a 1 el 12.

Y debieron ir a definir a Santiago de Chile el 15 de abril.

“Independiente llenó la escena de rojo. La vistió, la decoró de rojo desde el prólogo hasta la caída del telón. Monopolizando la escena, robándose los aplausos de la platea. De Peñarol no quedó nada. Absolutamente nada…”, decía Osvaldo Ardizzone en El Gráfico.

A los 9’ Acevedo atosigó en la salida y el balón accidentalmente le rebotó a Pérez con destino de red. Después Bernao y Avallay ampliaron la ventaja. “Los delanteros destruyeron y crearon. Transpiraron y jugaron...”, explicó Ardizzone, que vio a Vicente De la Mata como la figura.

Y el muchacho mendocino que había llegado desde su Maipú natal ya era campeón de América a los 19 años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

si alguien se acuerda del flaco ruben arquero de palmira